El narcisista no es brillante. Es limitado, repetitivo y predecible.

Solo hay que saber cómo mover sus hilos… sin que lo note.

Lo sé. Porque lo viví.
Y también porque lo estudié.

Durante años, estuve atrapado en relaciones donde sentía que no importaba cuánto amara, cuánto entendiera o cuánto aguantara… nada era suficiente.
Parejas con rasgos narcisistas que sabían exactamente cómo confundirme, hacerme dudar de todo, cuándo ignorarme y en qué momento aparecer para que no me fuera del todo.

Hoy ya no estoy ahí.
Hoy acompaño a otras personas que buscan salir del mismo laberinto, desde mi trabajo como psicólogo clínico y terapeuta sistémico.
Y una cosa es clara:

No se rompe el vínculo con un narcisista desde el drama. Se rompe desde la estrategia.

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Así se rompe a un narcisista (sin gritar y sin rogar)

Este no es un manual de venganza, sino de recuperación de poder emocional.
Porque cuando tú cambias el guion, el juego deja de funcionar.

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1. No ruegas amor ni atención

Aunque por dentro duela, no suplicas.
El que suplica entrega el control.

“Si no quieres estar, no voy a pedirlo. Ya entendí suficiente.”

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2. No pides explicaciones que ya sabes que no llegarán

Si te miente, desaparece o te ignora, ya te respondió con hechos.

“Tranquilo, no necesito que me aclares nada. Ya entendí con tus actos.”

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3. No caes en su juego emocional

No reaccionas a sus provocaciones ni a sus silencios calculados.
Le apagas el escenario.

Si te deja en visto para controlarte, tú ni lo mencionas.

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4. Guardas la calma, aunque él quiera desestabilizarte

No gritas. No lloras frente a él.
Eso no es frialdad: es protección.

“¿Terminaste? Tengo cosas más importantes que atender.”

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5. Observas más de lo que hablas

No te justificas. No discutes. Tomas nota.

“Ya no le discuto sus cambios de humor. Solo lo veo… y eso me dice todo.”

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6. No lo enfrentas… lo estudias

No entras a su juego.
Lo analizas con frialdad.

“Ya entendí que cada crisis que arma es para controlarme. No voy a entrar en su novela.”

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7. Usas guante blanco

No porque seas débil, sino porque dominas el arte de retirarte con elegancia.

“No le grité ni hice drama. Solo un día ya no estaba. Y no volví.”

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8. Descubres sus trampas, pero no lo anuncias

No dices “te caché”. Solo cambias tu juego. Sin advertencias.

“Vi que seguía hablando con su ex. No dije nada. Solo dejé de planear un futuro con él.”

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9. No te desesperas ni lo persigues

El que necesita espacio, lo tiene. Y tú no te quedas esperando.

“Me dijo que estaba confundido. Le respondí: ‘Perfecto, tómate tu tiempo. Yo haré lo mismo.’ Y no le escribí más.”

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10. Le quitas el acceso a tus emociones

Ya no puede tocar donde antes dolía.

“Antes lloraba cuando me hacía sentir mal. Ahora solo lo miro con una paz que lo descoloca.”

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11. Tomas distancia sin dar discursos

No explicas tu retirada. La ejerces.

“No dije ‘me voy porque tú…’. Solo me fui. Ya no merecía una palabra más.”

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12. Y cuando llega el momento… simplemente te vas

Sin drama. Sin explicaciones. Sin escándalo. Solo con claridad.

“Bloqueé su número, cerré la historia y seguí con la mía. Por fin me elegí.”

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Porque no hay peor golpe para un narcisista que alguien que ya no necesita venganza.

Solo claridad.
Solo decisión.
Solo amor propio.

Ellos ya sanaron – Testimonios

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Y sí…
seguro ahora dice que “va a terapia”.
Pero tú ya no estás ahí para aplaudirle el intento.

🌀 Te dejo una pregunta
¿A qué te costó más renunciar: a la persona… o a la esperanza de que cambiara?

Si este texto te habló, no es casualidad.

Si estás viviendo algo parecido, o si sientes que no sabes cómo romper con este tipo de vínculo sin perderte a ti, platiquemos en consulta.
Yo pasé por ahí.
Hoy los entiendo, los estudio… y ayudo a otros a sanar sus secuelas.

Gracias por leerme.
Gracias por resistir sin endurecerte.
Y gracias por recordarte que no todo lo que duele es amor.

P.d. Te dejé un regalo sorpresa al final de este escrito.

Con claridad y fuerza,
Germán

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Germán

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