
Ojalá que pronto se ponga de moda que los hombres dejemos de ver a una mujer como un medio para cumplir nuestras fantasías sexuales y saciar nuestros deseos.
Una mujer es un ser humano maravilloso del que es elemental prendarse al tomar conciencia de toda su exquisita esencia, pero los hombres insistimos en reducirla a un empaque de piel y formas, como si lucirla en el brazo o tenerla en la cama fuera su único aporte en nuestra vida.
Una mujer es riqueza y aporte por donde se le observe, posee una inmensa variedad de habilidades y cualidades aprendidas y naturales, de virtudes y talentos, cada una tiene un especial sentido del humor, criterio y sensualidad.
Una mujer analiza, deduce, resuelve, genera, aporta, cambia y hace tantísimas cosas más, que es simplemente impresionante su versatilidad y dinamismo, la pasión que puede imprimir en lo que la motiva y la entrega que derrocha en aquello que ama.
Cuando una mujer entra en la vida de un hombre, nada vuelve a ser lo mismo, porque su efecto y complementariedad se nota en cada aspecto de su existencia y entorno, una mujer es factor de cambio, energía y pasión por vivir.
Una mujer es un trozo del universo que se vuelve imprescindible cuando te das la oportunidad de sentir el fulgor de su esencia sobre la tuya. Enamorarte no solo es natural, sino inevitable.
Ojalá que pronto se ponga de moda enamorarse del extraordinario ser humano que habita en cada mujer.
Germán Renko
Psicólogo
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