Las redes sociales vs la estabilidad emocional en la pareja.

Hace unos días, una de mis lectoras me escribió para hacerme saber su inquietud respecto a mi opinión del uso que se hace de las redes sociales dentro de una pareja, a continuación trascribo su misiva que da pie a mi columna de esta semana.

“Tengo una relación estable pero, ¿es normal que me moleste que mi pareja le de likes a mujeres en Instagram aunque ni siquiera vivan en nuestro país? En algunas ocasiones las contacta para escribirles algún mensaje sobre lo lindas que se ven. Le he mencionado que me molesta y a riesgo de parecer stalker no volví a mencionar nada, pero me doy cuenta que continúa haciéndolo. Sé que es normal que se sienta atraído por otras mujeres, estoy segura de mí y mi relación, pero no puedo evitar que me moleste.”

Su dilema es el gran dilema de nuestros tiempos en cuestión de las relaciones amorosas y el uso que se da de las redes sociales. ¿Hasta dónde llega la libertad de un miembro en la pareja para disfrutar su individualidad sin que ésta afecte la estabilidad emocional del otro?, ¿cuál es el límite de lo permitido en el uso de redes sociales y la libertad de expresión?, ¿está bien que se provoquen celos asesinos a la mujer por que él da likes a mujeres atractivas o que él se muera de celos porque ella publica fotos a las que otros hombres halagan y piropean?, ¿es realmente una solución dejar de seguirse uno a otro en Instagram o Facebook para garantizar la paz de la pareja y la salud mental de ambos? ¿ojos que no ven likes, corazón que no siente?

Cada pareja es un mundo aparte del resto, lo que está bien para unos, es impensable para otros. Así que bajo esa perspectiva, me inclinaré a hablar de cuando existen incomodidades respecto al comportamiento del hombre en sus redes sociales. En ese caso, el diálogo es el primer recurso; se debe hablar con él respecto a las emociones que provoca su conducta de dar likes a las imágenes de otras mujeres. Si para él es más importante su individualidad que el sentir de su pareja, en tal caso ella deberá poner en una balanza qué tan importante es respetar la individualidad de su pareja, antes que su propio sentir ante el despliegue de honestidad que presencia en redes. Quizá no debería hablarse de bueno o malo, mientras la conducta del hombre se limitara a expresar de manera honesta lo que piensa acerca de la belleza de otras mujeres, porque es un hecho que él podría guardarse su opinión para anteponer el bienestar de la relación, pero dicha medida no evitaría que de igual manera lo piense en secreto y sin que ella siquiera se de por enterada. Pero no funciona así, la honestidad no sirve de nada si con ella se daña a alguien más. Lo pondré de esta manera, para algunas mujeres, que su pareja le de un like en redes sociales a otra mujer equivale a que vaya de su brazo por la calle y voltee a ver a otra mujer, si encima le deja un comentario en la foto, es como si le chiflara o le diera un piropo a la otra mujer en la calle. Para la mujer es importante sentir el respeto del hombre a su lado y ese respeto se extiende al uso que hace de sus redes sociales y la conducta que presenta en ellas. Es posible, incluso, que su actitud en redes la avergüence ante otras mujeres o ante amigos y familiares.

El respeto y el acuerdo mutuos deben persistir por encima de la pulsión de expresar una opinión a sabiendas que eso provocará un problema con la pareja o un daño emocional; responsabilidad afectiva se le llama, también. Si después de hablar el tema y comunicar lo que dicha actitud provoca, el hombre no capta la molestia, no estaría tan descabellado que ella le diera vuelta a la tortilla y publicar fotos suyas con poca ropa o sexis y dejar que él se percate por medio de esta medida cómo otros hombres hacen lo mismo que él hace, a ver qué le parece esa sensación y expresión de la individualidad de su novia o mujer, pero este contrataque solo conduce a debilitar la relación si no se logra aprovechar para alcanzar un buen diálogo y un acuerdo satisfactorio para ambos.

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Por el otro lado, ¿qué pasa cuando es la mujer la que gusta de recibir el halago y el asedio que conlleva la exposición de su belleza en redes? Todos somos testigos a diario de mujeres que publican selfies con poca ropa o con ella, pero siempre mostrando su mejor foto, aquella en la que se miran lindas, sexis o deseables. Entre más notificaciones reciben parece mayor su necesidad por superar a la foto anterior o aumentar el número de likes. Aunque pocas mujeres lo reconozcan, todas disfrutan de esta atención, de las sensaciones que se despiertan a través de percibir la admiración en hombres y la envidia en mujeres. No importa si a estas fotos las acompaña una frase motivacional o si intentan hacerlas pasar como una pose casual, a todos nos queda claro que el mensaje oculto es: “Mírenme que bella soy”, porque con esto de las selfies ocurre como con los que escribimos en Twitter, sino quisiéramos que otros lo leyeran, no lo publicaríamos; si las mujeres no quisieran recibir comentarios sobre sus selfies, no las publicarían en ninguna red social, las dejarían guardadas en el carrete de fotos. Los seres humanos de esta época compartimos contenido en redes sociales porque queremos la retroalimentación, es más, necesitamos saber lo que otros piensan de nosotros, provocar envidias o algún deseo relacionado con lo que tenemos para presumir, opinar o mostrar.

A veces, cuando veo a esta o aquella mujer que muestra un hábito que raya en la adición de publicar selfies, me pregunto si estará tan sola como me lo hace sentir su presencia en redes o si realmente a su lado tiene a un hombre con una seguridad a prueba de balas que no le importa que su mujer se exhiba de esa manera porque está absolutamente seguro de su Amor por él y de su integridad como mujer. Porque solo por sentido práctico, me gustaría que quienes me leen se pusieran a analizar cómo se pone la mayoría de los hombres (normales) al descubrir que su pareja tiene fotos con poca ropa en su celular, y no se diga que las publica en redes sociales.

No lo sé con certeza, por ello aclaro que hablo desde mi punto de vista prejuicioso, machista y retrógrado, pero tiendo a pensar que quien se aferra a publicar selfies de esa manera, se arriesga a estar sola y llenar ese vacío emocional con las notificaciones de una red social. O bien, me da la impresión que aquella que publica fotos de esa manera indiscriminada es porque también busca, de una manera inconsciente, ponerse en un escaparate mayor para atraer la atención no de todos los hombres posibles, sino de uno en especial, aquel que sea capaz de hacer realidad sus sueños de cenicienta, anda de pesca pues. En lo que he visto en redes, no conozco una sola mujer (normal, no artista) que una vez que está en una relación sentimental con un hombre que de verdad le interesa y satisface, no se olvide de su afición a publicar selfies con poca ropa o de incentivar el asedio y el halago de los hombres a través de sus redes sociales, será por convicción o presión, por compromiso o respeto, o simplemente por estar enamorada y enfocada en la relación, pero la mayoría cuelga la cámara y se dedica a disfrutar su relación y perderse por un tiempo de las redes sociales, en especial aquellas que se casan con el galán encontrado.

Por último y solo por curarme en salud, no faltará el argumento de aquellas que dicen sentirse cómodas consigo mismas y que se sienten libres y seguras de su belleza para mostrarse en redes, que no se exhiben para cazar ningún hombre o que tienen una relación estable e incluso su novio participa como espectador o les toma las fotos, para ustedes solo tengo mis felicitaciones, no están incluidas en ninguno de los casos anteriores, así que no se pongan el saco.

Retomando el caso de las selfies sexis, a riesgo de recibir tomatazos de hombres y mujeres por igual, porque para honrar la verdad, Instagram es un paraíso voyerista para disfrutar todo tipo de belleza, creo que el problema no radica en que haya miles de mujeres mostrando sus encantos físicos en estas aplicaciones, sino en que se vuelve un modelo a seguir para niñas, jovencitas y adultas. Con el uso masivo que se da a estas apps se cosifica más y más a la mujer, limitando su percepción de valor solo en función de sus atributos físicos y se deja de lado la miríada de virtudes y talentos que posee una mujer. Por citar algunos, su habilidad para realizar múltiples cosas a la vez, su perseverancia y resiliencia, la capacidad para ocupar cargos y posiciones que antes eran exclusivos de los hombres, su habilidad innata para bailar, cantar y hacer sonreír a los demás por el simple hecho de ser mujer, su pasión y dedicación por los animales, los niños, el planeta, sus pasatiempos, escuela o trabajo, su lealtad hacia sus amigos y seres queridos, su entrega e instinto maternal, su sabiduría milenaria heredada y oculta en su genética, los montones de profesiones en las que se desempeñan con gran éxito y que forman parte del día a día nivel mundial y así podría seguir hasta llenar página tras página. Abogo por un sentido de equilibrio en redes sociales, por un feminismo que rescate los valores y virtudes innatos de la mujer, que fomente la integridad y el respeto a sí mismas, a su pareja y a las relaciones sentimentales que formen, que incentive que aprendan a darse a respetar por los hombres y limitar o erradicar el acoso sexual que abunda en esta época, un feminismo que empodere a la mujer hacia el éxito profesional y personal, pero no lo extienda al terreno sentimental, una libertad que no se confunda con libertinaje, una estabilidad emocional que le brinde paz interior y satisfacción por quien es y lo que hace, que se promueva un feminismo que no corte la feminidad, ni se convierta en su propio enemigo. ¿Y tú, amiga, amigo lector, qué piensas?

Nota del autor: todos sus comentarios son bienvenidos y se agradecen, pero están sujetos a aprobación por lo que aparecerán publicados y serán respondidos tan pronto sanen las heridas de sus pedradas.

Germán Renko @ArkRenko
Psicólogo y terapeuta de pareja.

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