Acerco mis labios a los tuyos con timidez… apenas los rozo, se sienten tan calidos y tersos, ligeramente entreabiertos, mi labio superior se mete entre ellos, y con ambos labios muerdo tu labio inferior, degustándolo, chupándolo, humedeciéndolo, me encanta su sabor, disfruto su tibieza, con suavidad mi lengua los acaricia, pidiéndoles permiso para entrar, para explorar su interior, para buscar su contraparte rasposa, húmeda y traviesa, tan solo rozar sus puntas siento cosquilleos por todo el rostro, que se expanden poco a poco por todo mi cuerpo, provocas reacciones en cada parte de mi ser y aceleras el latir de la bomba que yace bajo mi pecho, nuestras lenguas golosas se entregan al sublime placer de tocarse, tallarse, enroscarse y reconocerse una a la otra decenas de veces, nuestras bocas unidas, nuestros alientos fundidos en uno, soy adicto a tu savia, y tu viciosa de mi miel, húmedos y excitados nuestros labios se crecen, se tornan escarlatas, contagian de su pasión nuestras manos y el resto de nuestros cuerpos… ah que divino es besar y que te besen, y aun mas cuando soy yo quien te besa y eres tu quien me besa.
Germán Renko @ArkRenko
Psicólogo y escritor.

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