
¿Qué buscas en una relación de pareja?
Lo que crees necesitar, lo que realmente buscas… y lo que no sabías que influía tanto
Hay preguntas que parecen fáciles… hasta que las respondemos con honestidad.
“¿Qué estás buscando en una relación?”
No lo que otros te dijeron que deberías buscar. No lo que aprendiste viendo cómo se querían —o se lastimaban— tus padres. Me refiero a eso que realmente surge desde tu historia, tus heridas y lo que aún no has mirado del todo dentro de ti.
Como psicoterapeuta sistémico, he escuchado cientos de respuestas distintas a esta pregunta. Pero hay algo que se repite mucho más de lo que creemos: muchas personas no están buscando una pareja… están buscando una solución emocional.
Relación o parche emocional
Queremos amor, sí. Pero a veces, lo que anhelamos es compañía, validación, tranquilidad… o simplemente a alguien que amortigüe el vacío. El problema no es desear compañía. El problema es buscarla desde la urgencia de no estar solos.
Muchas parejas no se eligen desde la conciencia, sino desde lo que les dolió antes de conocerse.
Y cuando una relación nace desde el vacío y no desde el deseo claro de compartir, tarde o temprano empieza a doler.
A veces creemos que el otro nos falla, pero lo cierto es que nunca le dijimos desde dónde estábamos pidiendo amor.
Un espejo profesional (sí, también me pasó)
Voy a decir algo que pocas veces cuento públicamente, pero siento que puede servirte como lector.
A lo largo de mi vida sentimental, las cuatro relaciones que más me marcaron fueron con mujeres con rasgos narcisistas. Cada una más compleja que la anterior. Solía decir que eran amores tormentosos, de leyenda (jaja) y escribí muchísimo sobre esos amores, incluso un libro que llamé: “Con las alas en llamas”. ¿El patrón? Todas esas historias terminaron en infidelidad, y todas me dejaron con la misma sensación de desgaste emocional, frustración e insuficiencia.
Fue durante mi propio proceso terapéutico que pude identificar que ese patrón venía de mucho antes: de la relación con mi madre biológica, una figura profundamente narcisista. Durante años intenté ganarme su amor —demostrando, complaciendo, rindiendo examen— sin saber que esa misma dinámica era la que estaba repitiendo con mis parejas adultas.
Sanar esas heridas me permitió ver con más claridad. Como decía Bowen: “Toda elección de pareja es también una elección de historia familiar no resuelta.”
Lo que no entendemos, lo repetimos
¿Te suena familiar terminar siempre con personas que no te valoran? ¿Tolerar más de lo que deberías? ¿Confundir intensidad con conexión?
A veces lo que repetimos no es lo que nos gusta… es lo que conocemos.
Y ahí es donde muchas relaciones tropiezan: en la idealización inicial, en las expectativas que nadie puede cumplir, en la decepción que llega cuando el otro deja de sostener lo que proyectamos.
“Repetimos lo que no entendemos, hasta que duele lo suficiente como para querer transformarlo.”
—Ivan Boszormenyi-Nagy
Mi amigo el rescatador
Un amigo cercano —romántico también— me contaba:
— “Me cuesta encontrar pareja. Siempre me enamoro de mujeres mucho más jóvenes, con historias difíciles. Me engancho salvándolas. Quiero que descubran lo que yo veo en ellas, pero termina saliéndome caro.”
— “¿Qué pasa cuando no cambian?”
— “Me frustro, las controlo más… y al final me quedo vacío.”
— “¿Y qué pasa contigo cuando no puedes salvar a alguien?”
— “Siento que ya no sirvo para estar con nadie.”
Y ahí está. En menos de cinco frases: patrón, herida, necesidad y distorsión de amor. No es falta de amor. Es amor no resuelto.

Autoconocimiento antes del “sí, quiero”
Desde la psicología sistémica decimos que cuando no conoces tu sistema interior, tu sistema te elige por ti.
Es decir: tu historia elige, tus heridas eligen, tu vacío elige.
Y si tú no te has sentado a preguntarte qué tipo de amor reconoces como amor, puedes seguir creyendo que amar es sacrificarse, renunciar, aguantar… o ser indispensable para alguien.
Aquí unas preguntas que invito a responder con calma:
- ¿Estoy buscando pareja o estoy buscando alivio emocional?
- ¿Sé lo que me detona, o espero que el otro lo adivine?
- ¿Quiero compartir la vida o evitar la soledad?
- ¿Repito el guion de siempre o ya lo cuestioné?
Qué sí y qué no pedirle al amor
Una relación sana no es perfecta. Pero sí tiene algo claro: coherencia emocional.
Eso incluye respeto, apoyo mutuo, comunicación abierta y responsabilidad afectiva.
Y también límites. El amor que exige que uno se anule para que el otro esté bien, rompe el equilibrio y daña la relación.
Lo que no puedes pedirle al amor es que te salve, que te complete, que cargue contigo.
Una pareja puede acompañarte, sí. Pero no puede rescatarte de ti mismo.
📚Te recomiendo leer
Si este tema te toca, te recomiendo un libro que marcó una diferencia en muchas de las mujeres que acompaño en terapia: “Las mujeres que aman demasiado” de Robin Norwood. No es un libro nuevo ni con lenguaje técnico, pero toca fibras profundas y ayuda a identificar esos patrones que se repiten una y otra vez cuando se confunde amor con necesidad. Si después de leerlo quieres hablar, acá te espero.
Antes de despedirme, te dejo con una pregunta, sin prisa, sin juicio:
¿Desde dónde estás amando hoy: desde tu herida, desde tu historia… o desde tu conciencia?
Gracias por leerme hasta el final, aprecio mucho esta conexión que estamos construyendo.
Estoy de este lado con escucha profesional y también con humanidad. Me puedes escribir, seguirme en redes (@ArkRenko) o escucharme en XpressoDoble, el programa online donde hablamos de relaciones, patrones y elecciones conscientes con un toque de humor y complicidad.
¿Quieres revisar tu historial sentimental desde otro ángulo?
Platiquemos en consulta. A veces, el primer paso para cambiar tu forma de amar… es cambiar la forma en la que te ves a ti.
Porque el amor verdadero no se encuentra.
Se construye.
Pero solo si estás dispuesto a empezar contigo.
¡Hasta la próxima!
Germán

No olvides también estas lecturas:






Deja un comentario