He escuchado  a muchas mujeres decir que cuando lo escogieron de pareja no se podía saber que el padre de sus hijos iba a ser un irresponsable con ellos al separarse o divorciarse. 

Sí podía saberse. 

También, les molesta e incómoda el argumento (machista o no) de que ellas lo eligieron así, pero sobre todo, les duele que al hombre no se le juzgue por la falta de atención con sus hijos, sino solo a la mujer que “lo escogió mal”.  

Tienen razón, eso es muy injusto.

Encima de cargar con la frustración y el resentimiento acumulado por la carga unilateral de las obligaciones de madre/padre, deben lidiar con la etiqueta social de ser tontas, ingenuas y hasta ser tachadas de calenturientas por su elección de pareja. Juicios sociales que se cuidan de incluir que estos hombres mintieron, engañaron y fingieron ser otro tipo de hombres para ganarse la confianza y el amor de esas mujeres.

Qué difícil es esta sociedad en la que pareciera que la mujer debe estar defendiendo el rol que le toca desempeñar aún en contra de su voluntad, pero al hombre se le sigue condonando su bajo desempeño y justificándolo. Algunos hombres son malos padres y seres humanos desdeñables. 

Sin embargo, a pesar de sus múltiples defectos, la presencia de los padres sigue siendo necesaria en el desarrollo emocional y psicológico de los hijos, su ausencia puede ser más dañina que su presencia, aunque no aporten un peso para su manutención y presuman de sus hijos como si realmente tuvieran grandes aportaciones en su cuidado económico.

A quienes dicen que no se podía saber cómo serían como padres una vez divorciados, les digo que sí se podía saber, y a quienes aún no tienen hijos o no se han separado del padre de sus hijos, sí se puede saber cómo será ese hombre como padre divorciado.

Aquí van algunos puntos.

Determinar si un hombre será un buen padre desde la etapa de noviazgo es  un proceso gradual y requiere prestar atención a los detalles sobreponiéndose al efecto del enamoramiento. 

Por ejemplo, observar cómo maneja responsabilidades compartidas, su nivel de empatía y comunicación, así como su compromiso con el crecimiento personal, puede ofrecer algunos indicadores. 

También es valioso entender su relación con la familia y cómo trata a los niños en su entorno. Sin embargo, es esencial recordar que la paternidad es dinámica y puede requerir ajustes a lo largo del tiempo, por lo que lo observado deber ser puesto a prueba antes de dar por hecho una corazonada o prejuicio. 

La comunicación abierta y la construcción de una base sólida de confianza son clave para anticipar el papel parental en caso de que la relación evolucione hacia el matrimonio y la crianza compartida.

Además de las observaciones prácticas anteriores, es vital explorar los valores y las creencias sobre la familia y la crianza. 

Conversar sobre las expectativas y roles parentales, así como comprender cómo maneja el estrés y los desafíos, proporciona información valiosa. La coherencia entre sus palabras y acciones en situaciones diversas también puede ser reveladora. 

La clave está en construir una conexión profunda y entender cómo se desenvuelve ese hombre en distintos aspectos de la vida cotidiana para proyectar cómo podría ser como padre en el futuro. 

No obstante, la certeza total es difícil, ya que la crianza implica adaptarse y crecer juntos a medida que evolucionan las circunstancias. Estas son situaciones muy específicas que arrojan más luz. 

Llévate la guía gratuita: «10 errores típicos al iniciar una nueva relación».

1. Participación en actividades compartidas: Observar cómo se involucra en actividades cotidianas, como cocinar juntos, cuidar de mascotas o incluso planificar eventos sociales, puede revelar su disposición para compartir responsabilidades y trabajar en equipo.

2. Interacciones con niños: Si tienen familiares o amigos con niños, observar cómo interactúa con ellos proporciona pistas sobre su nivel de paciencia, empatía y habilidades para lidiar con situaciones familiares.

3. Conversaciones sobre valores familiares: Tener conversaciones abiertas sobre sus valores y expectativas en relación con la familia y la crianza puede ofrecer una visión más clara de sus creencias fundamentales y cómo encajan con las tuyas.

4. Manejo del estrés: Observar cómo enfrenta situaciones estresantes o desafiantes proporciona información sobre su capacidad para manejar la presión, la empatía y la resiliencia, aspectos cruciales en la crianza de hijos.

5. Participación en la toma de decisiones: Evaluar cómo toma decisiones en la relación, desde pequeñas elecciones diarias hasta decisiones más significativas, puede indicar su disposición para comprometerse y colaborar en situaciones familiares futuras.

Lee: Red Flags al iniciar una nueva relación.

6. Cuidado de uno mismo: El autocuidado y la búsqueda de crecimiento personal son indicadores de su disposición para mantener una salud mental y emocional equilibrada, lo cual es fundamental para ser un buen padre a largo plazo.

Estas situaciones proporcionan oportunidades para observar y evaluar aspectos clave de su personalidad y valores, contribuyendo a una comprensión más completa de su idoneidad para ser un buen padre en el futuro.

Importancia de la madurez emocional

Por otro lado, considero que la madurez emocional juega un papel fundamental en la capacidad de un hombre para ser un buen padre después de un divorcio. Aquí hay algunas maneras en las que la madurez emocional puede influir:

1. Gestión de Emociones: Un hombre emocionalmente maduro puede gestionar sus propias emociones, incluyendo la posible tristeza o frustración asociada con el divorcio. Esto le permite brindar un ambiente más estable y seguro para sus hijos.

2. Comunicación Efectiva: La capacidad de comunicarse de manera efectiva con su expareja y sus hijos es esencial. La madurez emocional facilita la comunicación abierta y respetuosa, lo cual es beneficioso para la crianza compartida.

3. Empatía hacia los Hijos: Un padre emocionalmente maduro puede comprender y responder a las necesidades emocionales de sus hijos. Esto implica ser sensible a sus sentimientos y brindar apoyo emocional durante el proceso de adaptación al divorcio.

4. Adaptabilidad: La vida después del divorcio implica ajustes y cambios. Un hombre emocionalmente maduro es más capaz de adaptarse a nuevas circunstancias y tomar decisiones informadas que beneficien a sus hijos.

5. Responsabilidad Personal: La madurez emocional conlleva asumir la responsabilidad personal por las propias acciones y decisiones. Esto se traduce en un compromiso con la paternidad, cumpliendo con las obligaciones y contribuyendo al bienestar de los hijos.

6. Enfoque en el Bienestar de los Hijos: Un padre emocionalmente maduro prioriza el bienestar emocional y físico de sus hijos sobre resentimientos personales o conflictos pasados con la expareja.

En resumen, la madurez emocional es un componente esencial para navegar exitosamente por la crianza compartida después del divorcio. Contribuye a un ambiente emocionalmente saludable y estable para los hijos, permitiéndoles adaptarse y prosperar incluso en circunstancias desafiantes.

Si tu pareja actual no es una persona que exhiba madurez emocional, no parece una buena idea apostar por una vida en común.  Porque los retos de vivir en pareja serán cada vez mayores y sin esa madurez emocional estar al lado de alguien inestable emocionalmente es receta segura para muchos malos ratos y situaciones traumáticas que se dirigirán primero hacia ti y luego hacia sus hijos cuando estos lleguen. 

Germán Renko @ArkRenko
Psicólogo y terapeuta de pareja.

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6 respuestas a «Sí podía saberse, cómo escoger mejor pareja»

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