Reseña a “La mujer de ceniza y el hombre que no podía escribir”.

Augusto Montemayor gusta de escribir en calzoncillos, ha escrito varios bestsellers y desde los 25 años ha cosechado tantos premios y reconocimientos como los que pueden aspirarse en su profesión. Desde nacer en cuna de oro y con cuchara de plata la historia de su vida ha sido perfecta y prueba de su buena fortuna son su arrogancia y cinismo ante la vida y el Amor. Es guapo, atlético, inteligente y rico no solo por herencia, sino por méritos propios, jamás le ha faltado nada, ni familia, lujos, vivencias, mujeres o amores. El único inconveniente en su vida perfecta es que está a tres meses para la fecha límite de entrega de su última novela y no tiene una sola línea escrita debido a que su mente está del mismo color que la página que yace enfrente de sus ojos desde hace casi un año. A su editora se le han terminado las ideas y la olla de presión hará explosión al término del plazo establecido al momento de firmar contrato y cobrar el anticipo.

En este punto de la encrucijada para escritor y editora, es el momento para recurrir a  medidas desesperadas, muchas cosas penden de la entrega de la novela de Augusto, no es una simple fecha límite, sino el futuro de la editorial y el trabajo de muchas personas que está ligado a las ventas de las novelas de Montemayor. ¿Pero qué puede ayudarlo a deshacerse del bloqueo de escritor?, ¿cómo ayudar al niño prodigio?, al que lo ha tenido y vivido todo, al que se ha alimentado por años de las experiencias propias y de los demás para entretejer sus magistrales historias. A su editora, Mercedes, se la ha ocurrido la descabellada idea de buscarle una musa a su escritor perdido, una mujer que por su mera existencia sea capaz de desencadenar el flujo sinfín de nuevas ideas y personajes entrañables al correr de la pluma sobre el papel.

Después de evaluar cerros de fotografías y perfiles de modelos, actrices y mujeres de diferentes profesiones, las fotografías al natural de Amanda llaman la atención de Augusto, una mujer en su día a día, vestida en ropa sencilla, con abundante cabellera y una boca que parece quererle decir aquello que nunca ha escuchado. Es ella, una interrogante se remueve en su interior para señalarla con dedo de fuego.

Llévate la guía gratuita: «10 Errores típicos al iniciar una nueva relación».

Con esta premisa da inicio la novela: “La mujer de ceniza y el hombre que no podía escribir” de Rayo Guzmán, una historia que me cautivó desde las primeras páginas sin que nada pudiera evitarlo o enturbiarlo, porque desde el primer capítulo sentí que es uno de esos libros que llegan a mi vida para cambiarla para siempre y al que como los buenos vinos, lo saboreé tan lentamente como fue posible para que no se acabara, porque a la vez que sacudía mi mente y aceleraba mi pulso y quería saber qué seguía, también provocaba una revolución de ideas en mi cabeza que necesitaban asentarse antes de continuar con el siguiente capítulo.

Amanda es la musa que cualquier escritor quisiera tener en su regazo, es culta, inteligente, de mente ágil, irreverente, sin pudores, carente de escrúpulos y tabúes. Si eso no fuera suficiente magnetismo para un ser de letras, la belleza y sensualidad de su musa son un feroz depredador que no se esconde ante el hombre de carne y hueso, sino que su hambre crece con el paso de la convivencia entre ellos, acechándolo desde el rincón en el que diariamente le interpreta el mundo desde su perspectiva de dolor, abuso, rechazo y mala suerte, porque la vida de Amanda es un camino sembrado de abrojos y mala hierba, en el que la única flor que ha salido a su paso es la amistad con Hilda, que le ha brindado una amistad verdadera y una casa a donde refugiarse cuando el mundo se ha cansado de patear el alma y el cuerpo de Amanda.

¿Cómo no iba a enamorarme de la historia? si hay momentos en que el intercambio de diálogos entre musa y escritor se asientan sobre el ensayo y la crítica hacia el Amor, el sexo, la infidelidad, la traición, y en otros instantes, el erotismo es tan intenso que se sienten las llamas alrededor de la cara, crepitando para aumentar los latidos, disparar las ideas y trasladarse a cada escena en la que hombre y mujer nos dejan saber que hay otras formas de vivir la pasión y el deseo más allá de las formalidades y protocolos dictados por nuestra sociedad. ¿Qué si disfrute la historia de Rayo Guzman? Hasta el último párrafo, hasta el triste momento de llegar al final… y volver a comenzar el libro desde la primera página, porque historias como ésta son para repetir en un segundo plato como sucede con mi platillo favorito. Gracias Rayo, desde el fondo de mi alma por hacerla vibrar como hacía largo tiempo no lo hacía con una novela, por trasportarme de nuevo a mis días de con Kundera y mis noches de Luna amarga, referencias que están implícitas desde los primeros capítulos, aún sin que sean mencionadas, simplemente, se sienten ese ambiente trágico, reflexivo y destructivo de ambos universos. Gracias también, por regalarme a Amanda, una musa que me hará compañía por el resto de mis propias letras.

Germán Renko @ArkRenko
Psicólogo y terapeuta de pareja.

Únete gratis a mi Telegram.

Te compartiré contenido e información de mi podcast, programa de radio y blog.

La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es 50270.jpg
“Con las Alas en Llamas”
Comprar libro

Deja un comentario

En tendencia

Descubre más desde Conexión Consciente

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo