Corazones rotos El teléfono celular empezó a ladrar a media madrugada, como advirtiendo a su dueña que un intruso trataba de entrar a la casa en forma digital. Vibraba y sonaba, moviéndose como un vigilante electrónico, en contra de su voluntad, Mariana estiró la mano en la penumbra para callarlo y en el trayecto encendió … Sigue leyendo
Ejercicios para calentar la pluma Había tardes en febrero, en esas horas que la nostalgia se desborda, que los recuerdos —como hienas enjauladas— cavaban zanjas deambulando de un extremo a otro en su memoria, lo que hacía entonces era llevarlos a pasear por la ciudad, agazapados en su gabardina y con la consigna de no … Sigue leyendo
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