“Es imposible parar al Amor cuando ha empujado a dos hacia el mismo precipicio.”
Preámbulo
En 1944 Charles Bukowski contaba con 24 años cuando publicó su primer relato corto, pasaron 2 años para que le fuera publicado un segundo relato; desilusionado del mundo editorial se alejó por 10 años de las letras. A mediados de los 50’s volvió a escribir poesía. Trabajó 3 años en el servicio postal y renunció, se casó y se divorció. Casi para empezar los 60’s volvió a trabajar en el servicio postal en donde trabajó por otros 10 años más. A principios del 67 escribía una columna para el periódico Los Angeles Open City. En el 69 mudó su columna al periódico Los Angeles Free Press y publicó una recopilación de sus mejores columnas publicadas. Fue durante ese mismo año que el editor John Martin de Black Sparrow prometió pagarle 100 dls mensuales de por vida para que se dedicara a escribir. Bukowski tenía entonces 49 años de edad cuando dejó su trabajo en el servicio postal. En una carta de esa época dijo: “tengo dos opciones, permanecer en la oficina de correos y volverme loco… o quedarme fuera y jugar a ser escritor y morirme de hambre. He decidido morir de hambre». A los tres meses publicó su primera novela.
Nota: Como ya es tradición en esta columna, se empieza con un preámbulo, si usted es de las personas que se saltan los preámbulos, mueva su vista hasta donde se lee el título del tema de esta semana. Si en cambio es de los que se divierten afinando los sentidos mientras se llega a lo mero bueno, siga leyendo.
Comparto esta breve biografía de Bukowski porque esta semana he tenido la oportunidad de ayudar a tres talentos de las letras a promover su poesía en mis redes sociales. Antes que me lluevan tomatazos por presunción, sigan leyendo. No es la primera vez que doy mi ayuda y sin duda no será la última. Tampoco será la última vez que me digan que soy muy caballeroso o desprendido para hacerlo, cuando son muchos los que en la misma situación preferencial que yo (mis 5 lectores, que son miles) se han negado a dar un RT a un tuit, ya no se diga a hacer una mención para el poeta o escritor. Para mí, compartir es una cuestión de principios, pues no he olvidado cómo eran las cosas cuando llegué a las redes sociales, cómo las grandes cuentas se negaban a dar RT a mis frases, muchas veces ni siquiera respondían a mis mensajes, otras tantas ni siquiera me seguían, envueltos en su aura seudo-intelectual o con aires de grandeza; me pregunto, ¿grandeza de qué? Fueron muchas las puertas de figuras virtuales que se cerraron a mis letras, pero fueron miles las que se abrieron generosas, de gente linda que me leía y compartía con sus, poquitos o no tan poquitos, seguidores. Desde aquella época y hasta la actual, no he dejado de dar montones de RTs a quien me lo pide, a quien me gusta y a quien leo.
Si me preguntan por qué ayudo a promover a éste o aquel libro de un tuitero, la respuesta será similar: porque sé lo difícil que es promover un libro. Ese ciclo entre placer y tortura de levantarse a diario decidido a poner el doble de esfuerzo del día anterior para promover y difundir el trabajo literario realizado, para buscar que alguien del otro lado de la pantalla tome la decisión de abrir su bolso para adquirir nuestro libro, para agradecer las pocas o las muchas menciones y comentarios que alguien hace sobre nuestro hijo de papel. Porque así como Bukowsky se desilusionó del mundo editorial, así como pasaron 26 años para que renunciara a su trabajo en el servicio postal y publicara su primera novela, así nos pasa a todos los que en un momento de nuestras vidas decidimos que queremos dedicarnos a escribir; hay que trabajar mucho por la simple satisfacción de que nos lean. Porque al principio, esto de escribir es más una vocación que un trabajo, porque se hace por convicción, por pasión, por manía o por locura, pero rara vez por dinero. Una querida amiga, ahora convertida en flamante escritora de novelas, tenía 3 trabajos para mantener su vicio de entretejer palabras. Así que si ven tuiteros y blogueros que se convierten en escritores, no es porque sea una moda o se crean escritores por hacer tuits como prejuzgan muchos, ni porque sea una profesión muy lucrativa, es porque llega un momento en que el hambre de escribir no se sacia con 140 caracteres, ni con un blog, reclama tinta y papel, un lugar privado en donde contar historias, exorcizar demonios y conjurar emociones en una mente a la vez, luego otra y otra, hasta que se hayan vendido cientos, miles o millones de copias de nuestro libro. Solo hay dos tipos de libros exitosos, los que se venden y los que se leen. Fin del preámbulo.
La era del miedo y la incertidumbre en el Amor
La semana pasada me escribieron muchas de mis 5 lectoras, pero las palabras de dos de ellas se quedaron como electrones orbitando alrededor de mi núcleo, en ese lugar donde se dan cita mis ideas para escribir una nueva columna. La primera de ellas me sugería escribir acerca de cómo quitarse los tabúes en el sexo, cómo tomar la iniciativa en la cama o cómo hacer saber lo que se quiere o gusta en ella; reconozco que me atrae mucho ese tema. La otra lectora me dio un cañonazo en el pecho. Entre teclazos, me platicó un poco de su historia de Amor, cómo su pareja en 10 años de casados no había tomado la iniciativa ni siquiera en una ocasión por año y de cómo la última vez que ella había tomado la iniciativa él la había rechazado con frases hirientes acerca de sus diferencias en cuanto al sexo, dejándola con un dolor encajado entre la dignidad y el ego. Dueles mujer, me dueles cuando te siento, cuando te percibo, cuando entiendo tu complejidad, tu dolor, tu angustia y la carencia o deficiencia en el Amor y el sexo. Sentir el dolor de una mujer es sentir también el roce de la espina que trae clavada en el corazón.
Durante toda la semana posterior a la última publicación, estuve en la disyuntiva para escoger el tema de la siguiente; y aún no he optado por ninguna de las dos opciones, jaja.
Me parece que nunca como en la actualidad, se había percibido tanto miedo e incertidumbre en el Amor y por consiguiente en el sexo. Los seres humanos denotan tal miedo al Amor, como si fuera una bomba de tiempo que se instala en el corazón y en cualquier momento explota dejando pedazos regados por todo nuestro entorno social. Porque qué seguro es amar desde la trinchera, resguardando áreas del corazón de la entrega total, cuando lo verdaderamente admirable es hacerlo a campo abierto sin miedo a las balas de la desilusión. ¿Pero dónde están esos valientes? Oh sí, todavía hay millones enamorándose, ¿pero lo hacen entregándose al 100%?
Los hombres tienen miedo de la fuerza que podría tomar esa corriente que dirige a una mujer hacia una consciencia total de su individualidad. Aquel estado perfecto que plateaba Simone de Beauvoir en su obra “El segundo sexo”: la emancipación social, cultural, sexual y emocional de la mujer con respecto al hombre. El hombre teme inconscientemente que una mujer pueda convertirse en su amo y verdugo, teme entregarse por completo a un ser volátil emocionalmente y sexualmente, un potencial depredador. Prefiere una mujer sin experiencia sexual, entretenida por el vaivén de sus hormonas y asfixiada en el cumplimiento de los roles creados por la sociedad para mantenerla contenida y ocupada. Parece que el consenso masculino es que entre menos inteligentes más dóciles, entre menos despiertas en el sexo más fieles y menos exigentes en la cama. Los hombres seguros de verdad, las prefieren putas, experimentadas y descaradas. Pero seamos realistas en este punto de la plática, de esos hombres no hay muchos y las más abusadas tampoco los dejan escapar fácilmente.
Las mujeres en cambio, no tienen miedo del hombre, están demasiado ocupadas compitiendo entre ellas y con ellas mismas, otra trampa de esta sociedad. En el terreno amoroso no tienen miedo de entregarse a un romance, solo son más precavidas entre mayor es el número de desilusiones que han vivido. Pero cada vez que llega el hombre capaz de demoler todas sus murallas, abren las puertas del corazón de par en par. En el pico del enamoramiento sin recelos ni reticencias y cuando la ola romántica empieza a bajar y los defectos del hombre son cada vez más notorios y apabullantes, se vuelven silenciosas o combativas, pero ni en ese momento tienen miedo del hombre, sino de las consecuencias a las que las pueden llevar sus propias acciones. Miedo a la soledad, sin duda; miedo a dejar a sus hijos sin padre, definitivo; miedo a la insolvencia económica, es más común de lo que piensan las feministas; miedo al cambio, una posibilidad. Pero no, las mujeres no tienen miedo de los hombres; nos saben necesitados de cuidados y apoyo como niños; dependientes del sexo como animales; huérfanos del mundo si son divorciados; solitarios en la cima de sus reinos sin una mujer y; estúpidos e imprudentes sin su sabio consejo. Es de conocimiento popular que los hombres que han estado acompañados nunca más pueden volver a estar solos. La mayoría de los hombres divorciados vuelven a casarse. En cambio, un gran número de mujeres divorciadas no lo hace.
Uno de los principales problemas que enfrentan las parejas es tan milenario como su propia existencia: la mala comunicación. Es un problema que existe y persiste por la simple razón de que hombres y mujeres han sido educados y programados de manera distinta, por lo tanto su lenguaje aunque sea el mismo comunica de manera diferente a uno y otro género. Ya no estamos para andarle teniendo miedo al Amor, cuando hemos visto que duele más quedarse con los nudos en la garganta. Hay que hablar sin importar que se tenga el corazón en la mano. Hay que buscar el diálogo limpio, empático y propositivo. Limpio significa preguntar qué se quiso decir con esto o con aquello y no dejarlo a la simple costumbre de suponer las cosas, porque la suposición es la madre de todos los malos entendidos entre hombres y mujeres. Empático es hacer el esfuerzo por ponerse en los zapatos del otro y entender no solo su pensar, sino su sentir. ¿Cómo te afectan mis comentarios, acciones y defectos? ¿Te duele mi actitud? ¿En verdad te beneficiaría un cambio en mí? ¿Cómo percibo su estado de ánimo? ¿Cómo podría contribuir a que mi pareja sea feliz? Propositivo es dejar de lado las acusaciones y la búsqueda de culpables y dedicar parte de la conversación a proponer ideas, cambios y soluciones. Como pareja tenemos un problema, así que en vez de determinar quién es el culpable y esperar que se disculpe y lo resuelva, mejor vamos poniendo sobre la mesa las alternativas para resolverlo. No toda situación se resuelve con un diálogo limpio, empático y propositivo, pero hablar ayuda mucho a ventilar los problemas, a exponerlos a la luz del análisis y a dejarlos salir para liberarnos de su peso.
Me van a decir que los hombres no sabemos dialogar de esa manera, que no nos gusta ventilar los problemas y que en cuanto escuchamos la décima parte de uno ya estamos buscando su solución. Tienen toda la razón, pero también es cierto que antes de esta generación, hubo muchas generaciones de mujeres que supieron cómo llegar a la mente y el corazón de sus hombres sin quebrar un plato en el intento. Las mujeres de antes aprendieron que a los hombres no podían llegarles de frente con una problemática y esperar que se abrieran y además voltearan en la dirección deseada. Las mujeres de antes tenían una sabiduría generacional que en algún punto de la liberación femenina se rompió el eslabón que comunicaba dicho conocimiento a las mujeres de hoy. Esas maravillosas mujeres a las que llamamos abuelas o madres sabían que ante situaciones importantes había que ser prudentes, taimadas y sutiles para plantearlas ante un hombre. Actuar al estilo guerrilla y no como el ejército avasallador del feminismo que exige igualdad de géneros sin importar las innegables diferencias que existen entre uno y otro género, ni las consecuencias de confrontar a unos hombres que aún no están listos para cambiar su percepción del segundo sexo.
Actuar como guerrilla es atacar por los costados, elegir el mejor momento para la batalla y retirarse a tiempo si existe la posibilidad de perderla. Las mujeres de hoy hacen todo lo contrario, confrontan, replican, se enojan, se callan por días, acumulan resentimientos y finalmente, salen perdiendo porque las mujeres son históricas y terminan peleando contra el pasado. En cambio al hombre se le olvida todo malestar después de cogérselas. A los hombres se nos despierta el Amor, la empatía y la paz interior después de coger. Olvidamos todos los problemas, las ofensas y los resentimientos. Ese es, queridas lectoras, el mejor momento para proponer cambios en casa, en la pareja, con los hijos. Plantear viajes, ajustar presupuestos, pedir un nuevo vestido, coche y por qué no, hasta una casa. Es también la mejor ocasión para dejarle saber que se sienten tristes, frustradas o celosas, que quisieran un cambio para su vida en pareja, en el trato que reciben o en cualquier otra necesidad que sientan.
Efectivamente, el terrible monstruo del sexo es y será por siempre el mejor aliado de las mujeres en la lucha de géneros, pero es una bestia que en vez de usarla para su beneficio, la usan como arma de chantaje, de castigo o de mercancía de trueque. ¿Alguna vez escucharon la frase: “Se cazan más moscas con miel que con vinagre”? significa que se logra más con una buena actitud que con malas palabras, insultos o una actitud antipática. El feminismo ordena ir a la guerra contra los hombres: luchen por sus derechos, háganlos morder el polvo, cambiar su actitud y comprender sus sentimientos y emociones, que sepan que merecemos respeto y un trato equitativo, sobre todo, que no quede duda que les ganamos. Pero no dice qué armas usar para ir a esa guerra. Una gran mayoría de mujeres ubica sus peleas en los peores momentos y en los peores lugares. Algunas privilegiadas aprenden intuitivamente cómo conseguir cualquier cosa de los hombres, a esas mujeres les llaman iluminadas o putas, dependiendo del lado de la sociedad en que se encuentren. Las casadas conviven más tiempo con su hombre, tienen muchos frentes que atender y también el mejor de todos los terrenos: la cama por las noches. Aunque al hombre primero haya que tranquilizarlo, después sintonizarlo y finalmente mantenerlo atento hasta que haya captado el mensaje, el esfuerzo vale la pena. No significa que hay que cogérselo todo el tiempo para conseguir algo, es más, se lee horrible eso de darle sexo para manipularlo. Se trata de darle Amor, atención, apapacho, respeto, su lugar como cabeza de familia. Un hombre debidamente sintonizado con sus deberes y obligaciones captara rápidamente el mensaje que se le desea transmitir, porque al fin de todo esto, los hombres se casan para tener una familia, sus hijos son su orgullo y quieren lo mejor para ellos y por supuesto para la madre, su compañera de vida. Pero si esa compañera está más ocupada en salirse con la suya, en demostrar que es muy cabrona, lo único que conseguirá es estar compitiendo con su hombre a ver cuál de los dos es más cabrón que bonito. ¿De verdad creen que demostrarle a un hombre que son superiores a él sirve de algo en el terreno amoroso? Vayan a ver las estadísticas de mujeres exitosas, muy exitosas y también, muy solteras.
Volvamos al inicio de este tema, los hombres tienen miedo de una mujer segura de sí misma sexual, emocional y financieramente hablando. ¿Para qué darle razones de sentir miedo? Hay batallas para en las que el orgullo es de gran ayuda, pero en cuestiones del Amor, el más orgulloso suele ser el que más pierde. Esto no se trata de hacer mujeres sumisas, se trata de volverlas pacientes y astutas, Roma no se hizo en un día, pero estoy seguro que hubo muchas romanas dándole uvas en la boca al emperador en turno para que estuviera siempre correctamente sintonizado.
Me van a llover muchas piedras, van a decirme que es mucho trabajo, que los hombres no entienden, que son comodinos, necios y flojos en el terreno amoroso. ¿Yo dije que era fácil? No ¿dije que era una receta mágica para elaborarse una sola vez? No ¿dije que sería un método rápido y mortalmente eficiente a la primera? No. Como toda habilidad en la vida, el arte de dialogar con un hombre y lograr lo que se quiere de él amerita práctica, error y mejora. Cada quien conoce la bestia que tiene en casa o en su vida amorosa, esta columna no es un manual, ni una guía, es solamente un punto de vista que es susceptible de ser adaptado, mejorado e implementado de la forma que mejor se acomode a cada realidad amorosa.
Germán Renko @ArkRenko
Psicólogo y escritor.
Otras lecturas recomendadas:
Química sexual, cachondeo y otros animales salvajes.
Mujeriegos del teclado, Femme fatales y otras alimañas virtuales.
Las Reinas del hielo y los Témpanos emocionales

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Hola sonrisa de mi vida, como siempre he disfrutado mucho tu escrito. Tu preámbulo fue inspirador, me gusta ver que eres una persona que se identifica con los sueños de los demás y te felicito por ello. En cuanto al tema de la comunicación, me resulta increíble que en estos tiempos todavía existan personas que jueguen a ver quién tiene más poder que el otro. En mi caso, siempre estaba en desventaja y me sentía exhausta a diatio por varias razones. En comparación de mi esposo, yo era una profesional de la comunicación social en pleno ejercicio, él terminó solo el bachillerato y no tenía una ambición de ser profesional, sin embargo, cumplía con los gastos de la casa y cuando no podía hacerlo yo salía al frente de ellos sin ninigún tipo de reclamos porque veía su esfuerzo a diario al manejar un taxi para cumplir con su hija y conmigo. Mis reclamos por decirlo así, eran más bien por su forma fría de ser, era demasiado egoísta al pensar solo en sus necesidades, dejando de lado mis sentimientos. Entonces, busqué los momentos adecuados donde lo pudiera sentir un poco vulnerable, abrirme y decirle cómo me sentía al respecto de las deficiencias en nuestra relación, que sentía que era falta de madurez y él muy alegremente me contestaba «yo no soy plátano maduro para madurar» eso me hacía sentir que para él todo era un juego y que en efecto le faltaba madurar, aún así, mi amor no disminuíay mi trato era más dulce todavía, sufría su cansancio, su estrés por la vida y lo entendía, claro que no era fácil estar todo el día tras el volante de un taxi. Le insistía para que estudiara una carrera que le permitiera desenvolverse en otro ambiente perotodo era infructuoso. Por otra parte, no compartía ni le agradaba mi gustos por las letras, por la poesía, y se poníaceloso si me veía inmersa en obras de autores masculinos…jajaja…me reía para mis adentros por todas sus inseguridades, pero no de mala forma, mas bien lo hacía por mi, porque a pesar de ser tan distintos, lo quería de una forma bonit, esperando que algún día cambiara, pero no fue así. Como te dije la vez pasada, ya no estamos juntos, sin embargo, tratamos de llevarnos bien por nuestra hija. La batalla entre ambos, no ha sido facil, él no ha cambiado ni un ápice, sin embargo, ha sido la única persona en la que puedo confiar y contar en todos los demás aspectos de mi vida. En las buenas y en las malas, siempre ha estado alli para mi. Extraño, no lo crees?
Es que para su desgracia, con el paso de los años el matrimonio se convierte en una lucha de poder y de egos, querida Yeni. Lo que alguna vez fue una aventura mágica llamada enamoramiento cede el paso a la rutina, la convivencia y la monotonía. En donde cada pequeña escaramuza solo sirve para ponerle pimienta a una relación que de otro modo sería soporosamente aburrida. La inercia de la convivencia administra dosis excesivas de intimidad, pero no de la buena, sino de la que revela miedos, frustraciones, defectos, traumas y complejos. Si el Amor no madura, la persona de a lado se convierte primero en un extraño y luego en un enemigo, como pasa con la celulas cancerigenas en nuestro cuerpo, primero son parte de uno y después todo el organismo se vuelve contra ellas. A veces creo que le exigimos demasiado al Amor, o más bien a la humanidad. Queremos que una sola persona satisfaga TODAS las necesidades sexuales y emocionales de otra y viceversa, los forzamos a estar juntos todo el tiempo posible y todavía queremos que sean capaces de mantener vivo un Amor que antes se alimentaba de la lejanía, del misterio, de atesorar los reducidos momentos que tenía para disfrutarse.
Te besuqueo la mirada hacia el pasado.
Es increíble lo que escribes y como lo escribes, comparto contigo que la comunicación es la base importante en una pareja. El comunicarnos sexualmente con la pareja nos hace entender con naturalidad que es lo que le complace a la otra parte, descubrir juntos su sexualidad. Yo soy divorciada amo la forma como escribes, me identifico con tus kilómetros. Yo también he recorrido algunos . Sigue escribiendo como lo haces. Muchas felicidades por tu estilo, por ser tan abierto a tantos temas. 💋 tu fiel lectora que te ama tus letras en llamas 💋Bere💋
Querida Berenice, celebro los pasos que te trajeron hasta aquí. Creo que los roles más complejos y difíciles de llevar por una mujer son los de madre soltera y mujer divorciada. Si hasta parece que no ha perdido vigencia el poema de Julio Sesto de mediados del siglo antepasado.
¡Cómo me dan pena las abandonadas,
que amaron creyendo ser también amadas,
y van por la vida llorando un cariño,
recordando un hombre y arrastrando un niño!
Me explico, aunque ya no son motivo de vergüenza, ni oprobio, tanto las madres solteras como las divorciadas tienen un estigma invisible con el cual lidian a diario en su nueva vida. Las madres solteras se debaten entre el anhelo de sentirse libres y completas de nuevo, el remordimiento de amar a la cría y a la vez odiarse a sí mismas por las circunstancias en las que la han traído y en las que tendrá que vivir. Se convierten en presa fácil para los hombres que astutamente saben que ese retoño es su talón de Aquiles o se convierten en fieras ariscas que desconfían de cualquier hombre. Las divorciadas por el otro lado, batallan con la creencia de muchos hombres que las ven como “sexo fácil” y por lo tanto no las toman en serio.
No es simplemente un prejuicio lo que expreso, consciente o inconscientemente ambos tipos de mujeres se sienten como mercancía dañada y sin darse cuenta se convencen que valen menos. Habría que trabajar en recuperar la autoestima, en volver a sentirse un ser completo, librarse de los sentimientos de culpa y fabricarse nuevas etiquetas. Para la divorciada es un poco más fácil, basta con asumir su nuevo estado civil como “soltera”, así sin dar más explicaciones y reconstruirse de afuera hacia dentro. Para la madre soltera es todo lo contrario, esgrimir con orgullo su maternidad, pero ser firme en rechazar cualquier cortejo hasta que no se sienta también orgullosamente completa y pueda darse a desear como si estuviera sola, como si fuera la virgen maría o la mona lisa. Porque el valor de una mujer es el que ella misma se asigna y aquel que le hace sentir a los hombres que la rodean.
Ahora que lo recuerdo, esto iba a ser el tema de una columna, jaja.
Te besuqueo la sonrisa.
Está columna ha sido mi favorita y muy especial pues verdaderamente noté que te hizo ruido lo que pude sugerirte la semana pasada y es un gran honor que lo hayas mencionando. Dicho esto, con tu columna ahora la que tiene ruido en la mente soy yo pues me pusiste a pensar en eso de que los hombres inseguros prefieren mujeres sin experiencia y contestaste a más de una de mis interrogantes sin querer, gracias Germán como siempre es un placer poder leerte cada semana.
Contestar preguntas que no me han formulado es otro de mis oficios, jaja. Gracias querida Fernanda, sigue pendiente el tema, esperemos que pronto llegue a tu pantalla y también que pronto encuentres o eduques a un hombre tal como lo prefieres.
Te besuqueo las orillas de la sonrisa.
Gracias por compartir tus columnas porque aprendo mucho, está columna en particular me encantó porque como mencionaste es la era del miedo y la incertidumbre del amor. Es común actualmente ver cada vez más mujeres que desean realizarse en varias esferas de su vida y tener a su lado un hombre que la señala por sus errores que por sus aciertos. Los hombres tienen una enorme dificultad con su ego, ya que no pueden permitir que alguien sobresalga más que ellos o que su mujer sea el centro de atención de otras personas, lo que es egoísmo. Pero las mujeres también en el afán de ser mujeres maravillas queremos resolver todo, dejando a un lado a nuestra pareja y tratándolo como un amigo, hijo, hermano o padre; y no como nuestro igual, porque al hacerlo las mujeres tenemos miedo a ser sometidas, lo que también es egoismo encubierto como victima.Pero como dices es importante establecer las reglas de la relación, los límites y no tener miedo a que tu pareja sea mas inteligente, atractivo, deseado o elogiada por muchos o es mejor en el sexo,es mejor disfrutar a tu pareja, con la seguridad de que por ese instante, horas, dia, mes o años es tu pareja. Mañana no lo sé pero vivir un momento sin egoísmo, ni competencia, tampoco dudas, ni mucho menos inseguridad.
Te admiro Renko eres un excelente portador de ideas, silencios y jungla de emociones. Felicidades y sigue sorprendiendome
Cuánta verdad hay en tu comentario, querida Viri. Si el Amor es de dos, el desamor también lo es. Las mujeres no son tan inocentes de las malas relaciones que eligen tener. Pero la verdad es que la mayoría, tanto hombres como mujeres, prefieren ver las cosas superficialmente o buscarle cualquier explicación sencilla a lo que merecería un análisis profundo para que la solución fuera certera y no un placebo como tantas veces ocurre en una relación.
Gracias por brindarnos el privilegio de conocer tu punto de vista.
Te besuqueo las ideas.
Un hombre alguna vez dijo sentir miedo de perder la cabeza por mi. Fue el único con el que traté de no ser exigente, con quien traté que las cosas se dieran de modo natural, pero aquí se aprovechó y decidió mejor jugar. Creyó tener el control y al final sin darse cuenta terminó enamorandose de mi, intentó una y mil veces olvidarme y no pudo hacerlo. Nunca pensó que en su vida, con todas sus experiencias, conocería una mujer como yo, él dijo que perdió, pero yo también perdí. Perdí mi amor y pasión con alguien que no supo que hacer conmigo, y del miedo se alejó, y cuando quiso volver la vida le dijo NO. Yo no hice nada controlador para conquistarlo, simplemente fui YO, real, sencible, apasionada, entregada hasta los huesos. Pero así es el amor!
Es que cuando no hacemos otra cosa que ser nosotros mismos, sin cambiar nuestra conducta por agradar, sin ceder por no pelear o por miedo a perder a la otra persona, no hacemos otra cosa que ganar respeto y admiración. Si ayuda o no al interés romántico es otra cosa, jaja. Pero hemos visto que una mujer que se da a respetar y es firme en sus convicciones enamora hasta el más indomable de los hombres a su alrededor.
Te besuqueo el Amor propio.
Lo prometido es deuda. En general me gusto tu artículo. Por supuesto es una percepción, pero creo que lo que llamó mi atención fue que trataste de ser sincero desde tu perspectiva como hombre. Me impacta y me aterra ver como todos, hombres y mujeres vivimos con miedo a perder. Creo que todo viene desde la imagen e idea de lo que entendemos por amor. Yo, a pesar de ser joven suelo decir que quien logra resolver la paradoja del amor es probable que no vuelva a sufrir jamás. Sé que parece un trabajo titánico pero así es, el amor verdadero empieza en uno mismo, cuestionándonos de que y de cuanto estamos dispuestos a dar. En el amor hay que darlo todo con todo. Y ese es precisamente el problema, nadie se quiere arriesgar, abrirse de capa y darlo todo a sabiendas de que cabe la posibilidad de que no se reciba lo mismo a cambio. El miedo mo es por el amor en si, sino lo que el amor nos hace: perder el control. Y con eso me refiero que es algo que no puedes evitar ni dejar de sentir y a veces te pone bien o te pone mal tu vida y acciones están sujetas a ese sentimiento tan poderoso. Ese es el verdadero miedo eso y las inseguridades y contradicciones que son parte de la naturaleza humana. Coincido contigo que hay la falta de comunicación y empatía pero también no podemos comunicarnos igual por que de entrada como bien dices nuestros modus operandi son diferentes y las prioridades de hombres y mujeres son diferentes . Yo soy como «las de antes» y me causa mucha gracias por que yo uso esa frase » de las abejas con miel no con hiel» pero es verdad. Y yo en o personal tengo una frase que le digo mucho a mis amigas «nadie es inalcanzable, nadie» es solo que ya en estos tiempos todo lo quieren fácil. En esta vida aunque haya química y empatía y atracción aún así hay que trabajarla y mucho no nada mas por mi linda cara y siendo celosas y queriendo dominar vas a conseguir lo que se quiere. Hay que saber esperar que no es lo mismo que ser pacientes. Hay que luchar hasta el final sin importar el orgullo, dar y entregar hasta quedarse vacíos por que solo así uno puede dar carpetazo con la certeza que se hizo todo lo que estaba al alcance. No querer que todo pase y sea como queremos, Cuando queremos. Es todo un tema, concluyo diciéndote que lo mas mas importante en el amor es que no tiene que ser perfecto sino verdadero, pues lo que es verdadero es lo único que puede ser eterno.
Querida Potra, lo tienes todo muy claro y me alegro por ello. Te agradezco mucho el tiempo de compartirnos tu pensar, creo que a quien tiene claras sus convicciones le sobra tiempo para aplicarlo en las guerras que le tocara librar.
Te besuqueo los pasos
A los hombres no les gusta hablar de nada, empiezan con decir «ya vas a empezar» o «te habias tardado en hablar», cuántas veces he sentido ese nudo en la garganta queriendo decir y saber tantas cosas y no lo hago solo para no dañar «EL MOMENTO», aprender a vivir al máximo ese momento y siguen con «yo no soy hombre de eso». Me pregunto si ellos entendieran la parte esta de que la comunicación es la más importante en una pareja, las cosas fueran tan diferentes porque nos comprenderian con una muy buena comunicación. Los matrimonios durarían mas, son muy pocos los que expresan que quieren y esperan en una relación. Sí, digamos que tengo ese miedo al amor y que vivo con la incertidumbre de saber si algun día llegará el amor sincero ese que dicen es fuerte, capaz de luchar y enfrentar todas las situaciones. Y te digo, asi seas muy buena amante en todos los térrminos, des cariño, demuestres el amor dia a dia, de regreso se recibe muy poco…de todo eso aprendi que se vive el momento y ya. Duele, si duele y mucho…..
Querida Ana Judith, algunas veces no es que a esos hombres no les guste hablar de nada, sino que viven ocupados atendiendo otras cosas que consideran más urgentes e importantes. Así como las mujeres de hoy en día deben ejercer varios roles en la sociedad, el rol del hombre se ha vuelto cada generación más complejo y exigente. Ya no es suficiente con llevar el pan al hogar, también hay que llevar el dinero para pagar los colegios privados, los pagos de la hipoteca, los pagos de los dos coches, el teléfono, los celulares, el gas, el agua, la luz y hasta Netflix. Nunca como en esta época las exigencias al hombre de la casa habían sido tantas ni tan variadas. Considero que antes de apedrear los silencios y los malos humores del hombre por no escuchar sus inquietudes, sería buena idea para algunas mujeres voltear hacia donde están las preocupaciones de su marido y determinar detrás de ese supuesto egoísmo o cerrazón de mente, no está un hombre infeliz y lleno de responsabilidades. No justifico a nadie, pero a veces creo que en la llamada era postmoderna vivimos tan cansados del día anterior que nos faltan fuerzas para disfrutar del hoy y pensar en el mañana.
Te besuqueo hacia donde apunta tu mirada.
Reblogueó esto en nanicomunicaciony comentado:
Leer el blogg de Germán Renko es un honor.
¡¡Hola admirado Renko!!
Un escrito muy sincero y transparente que mi género debería agradecer y sobre todo poner a consideración en su autoestima femenina, ya que en ocasiones ese poder femenino nosotras mismas lo deformamos o lo denigramos. Me recordó un libro el cual me marcó en una época medular de mi vida y que sirvió a su vez para deshacer de mi mente y de mi hacer esa farsa consumista del «feminismo» y se llama: «Maquiavelo para mujeres» de: Harriet Rubin.
Me despido, agradeciendo de antemano su más sincero amor, admiración y respeto por mi género, eso lo hace a Usted tan o más interesante de lo hermoso de sus letras.
TERE
Gracias por la visita, querida Tere. Si mis palabras inducen al menos al auto-análisis, me doy por bien servido. Soy un estudioso empírico de la naturaleza compleja del ser humano y quizá me fijo en detalles a los que nadie más le brinda atención, jaja, pero he detrás de mis aciertos y desaciertos hay una profunda admiración, respeto y aprecio a nuestra especie, en especial a su más bello y emotivo representante.
Te besuqueo el brillo en la mirada.
Y soplaron las trompetas y se derribaron los muros.
Era Jericó.
Eran las enormes fronteras que aseguran la zona de confort pero impiden entrar las voces de la reflexión.
Vivir amurallado es involucionar.
Quítate el exceso de ego y dialoga. No cambies las palabras que te vienen primero a la cabeza. No pienses en que pueden herir o debilitarte, dejarte inerme. Las palabra, como suelo decir, no tiznan. No si evitan perseguir fines non sanctos y buscan el inefable equilibrio de la balanza.
¡¡¡Ave Caesar Renko!!!. Hemos resumido tu pensamiento in audita parte.
MIR
Mir Rodríguez Corderi en Facebook
@Poesía Emocional en Twitter
Y hasta la gran Jericó cayó y calló ante la contundencia de la palabras.
Gracias por el placer de tu visita, querida Mirta.
Me encantó tu columna y el interesante punto de vista sobre el feminismo que actualmente está siendo entendido como competencia contra y para los hombres y la competencia es la base de cualquier guerra. Si realmente se quisiera igualdad el término correcto no sólo incluiría a las féminas. Es cierto lo que dices, es mucho trabajo pero con gusto lo realizaré y no precisamente sola, si no con una maravillosa persona que también elije estar conmigo sin vivir en la era del miedo y la incertidumbre.
Los hombres tienen mas miedo de demostrar alguna emocion por que para ellos muestran debilidad es mejor ser frio y calculador q dejarse llevar por pasiones y amor en cambio las mujeres la debilidad de amar es solo es una manera de sobrevivir.
Me conecto a los relatos de tu tan apreciada columna como evidencia de luchas internas de esta mujer con delicados modales e intelecto cultivado que asoma con solo leerte el fuego interno de la amante que desprende todo lo racional en un acto exclusivamente carnal sin tabúes donde los temores quedan de lado y la pasión resurge sin limites. Un abrazo desde Venezuela.