
Se dice que no hay dos personas iguales y con nadie se cumple más ese axioma que contigo. No había conocido a alguien que el “tan, tan” le desquiciara tanto, ni que fuera capaz de hacer que el mundo se moviera en cámara lenta con solo verle sonreír, o que creara verbos, como ese que inventaste para nosotros cuando una mañana del mejor otoño de mi vida dijiste: “te prequiero”.
Puedo llenar una libreta con lo que encuentro único en tu apariencia, como ese lunar a tres milímetros del centro de tu labio inferior, que orbita cual estrella lejana del resto de soles apagados en tu cara, porque eso son tus pecas, pedacitos de sol que iluminan mi alma. Le dedico una página entera a tus cachetes de algodón que convierten mis miradas en azúcar. Qué decir de las miles de sonrisas por culpa de tus cabellos vivientes que viven peleados con el orden. Interesantes son tus cejas que compiten con un bosque o el fondo de tus ojos que le robaron su mejor verde a los árboles y esa rara cualidad de que son grandes y no sé cómo, a veces, son rasgados y diminutos, pero jamás inexpresivos. Adoro la gracia y elegancia de tu cuello de escultura griega, del que brotan como raíces los huesitos de tus clavículas en las que puedo adivinar mi futuro.

Sin embargo, esta vez no quiero hablar de lo que alborota mi sangre porque quemaría el papel en que te escribo, pero sí de lo que amo por encima de lo más sexy que tienes a la vista, y por amadas me refiero a tus cicatrices, porque gracias a ellas estás aquí y no lo digo de forma metafórica, sino en un sentido trágico y divino. A ellas las venero mucho más que a lo que enciende mis venas, que no es poco y de lo que tu piel conoce bastante.
Será que vivimos en una época de pobreza moral y cada generación viene con menos valores o que fuiste formada con todos y sin que se te desprendiera uno solo con las sacudidas de las malas experiencias. A leguas se notan tus principios, lo mismo en la prudencia de tu boca, que en el respeto con el que conduces tus pasos, mientras tu esencia encandila o subyuga a quien se cruza contigo.
No es que te crea libre de defectos, si voy a hablar de ellos, diré que tampoco había conocido a alguien capaz de odiarme para toda la vida una hora, enojarse para siempre un día y amarme con locura en un segundo. No por nada te ganaste el apodo de “Margarita bipolar” al poco tiempo de estar juntos y es que esa dualidad de encender y conceder solo se observa en un corazón tan apasionado como noble y a ti, a ti no hay enojo que te dure cuando en tu pecho hay más espacio que en ninguno para las cosas lindas.
Voy a revelar el misterio, lo que te hace especial es tu efecto en los demás, les sacas lo mejor y lo regresas multiplicado, he visto a los peores desmadres volverse ejemplo de responsabilidad a tu lado y a los más infieles jurarte amor desesperado en la eternidad. Si quisiera nombrar una y solo una cosa por encima del montón que me has provocado, diría que no soy el mismo después de ti y nunca lo seré de nuevo. Aquel que fui es una piel que me quité en el camino hacia amarte, para dejar a descubierto esta mejor versión que soy porque te amo y quiero estar siempre a la altura del amor que recibo.

Tal vez esto último es lo que para mí te hace más distinta que nadie, porque entre los siete mil millones de seres humanos que deambulan por este planeta, elegiste entregar ese tesoro de mujer que eres a uno nada más, a un hombre que no es el mismo que conociste, sino uno que te mira desde entonces como las flores al sol, como un niño a su madre, como el devoto a la cruz, como Adán a Eva, como el fuego al pasto seco, como el desierto al mar, como el escritor a la tinta y el papel, como el preso al azul de la ventana (¿recuerdas que dije que podría llenar una libreta?), un simple mortal que te mira como si el amor que siente por ti fuera una ola expansiva que brota por sus ojos cada vez que te ve llegar, y ese al que elegiste para amar y respetar, para darte en cuerpo, mente y alma, ese afortunado soy yo.
Germán Renko @ArkRenko
Psicólogo y escritor.
Recomendado:
- “Estoy bien, gracias”, una forma socialmente aceptada de mentir y que te crean.
- ¿Es lo nuestro un Amor de leyenda o un Amor de soltar y olvidar?
- Las redes sociales vs la estabilidad mental en la pareja.

Comprar libro
Lo he sentido desde principio a fin… hermoso y apasionado!!!
Pero que belleza de escrito. Nunca te sentí tan enamorado y me alegro desde cada pedacito de mi alma. Tú dices que eres afortunado, pero puedo asegurar que la mujer que sienta un Amor como el que tú provocas, seguramente se sentirá la más especial y afortunada de la existencia misma. Me ha encantado y me haces sentir celos del bueno, de ese con buena vibra que no encuentra una palabra para sentirse la más feliz del universo porque alguien como tú, mi querido Germán, te lo mereces todo!!!
¡Abrazo gordo de oso desde Panamá, sonrisa de mi vida!😊🙋♀️
Qué forma tan especial de mirar a los demás tienen algunas personas.
Qué suerte cruzarte con ellas, y sobre todo, qué bonito que se queden bien cerca.
Simplemente hermosa tu manera de describir el amor que sientes por ella.
German, el Amor es tan multifacético, tan extraño y difícil de comprender. Tan profundo que arde…